¿Edwin en prisión? (I)

Nos enfrentamos a la hipótesis que más sentido da a la existencia del grupo impostor. Edwin podría serlo también, y estar en la cárcel, después de haber engañado incluso a su propia familia desde 1989, año en el que se perdi\xF3 su rastro.

¿Edwin vivo, y en prisión? Las pruebas cada vez acercan más mis sospechas a esta tesis. Les presento la crónica de un viaje que me llev\xF3 a entrevistarme con el hombre que detuvo a Edwin Moses y a Michael ‘Bigfoot\x92 Johnston, éste áltimo amigo de la infancia de Edwin y en libertad condicional después de pasar casi 20 años en una cárcel brasileña, cumpliendo condena por delitos contra la salud pública y el atraco a una sucursal del Banco Central do Brazil en Rio do Janeiro. ¿A que no adivinan de quién era cómplice ‘Bigfoot\x92 Johnston?

La familia Moses, consternada

Por el momento las reacciones a esta noticia no se han hecho esperar. Margie Moses declara estar detrás del asunto en estos momentos: “La familia ha sufrido un varapalo tremendo. Cuando por fin habíamos llegado a un acuerdo para repartirnos un porcentaje de los derechos de mi marido entre sus hermanos y una asociación benéfica, nos llega la noticia. Ahora no sabemos qu\xE9 hacer. Nuestros abogados no se ponen de acuerdo\x94. Pero eso son sólo las consecuencias de algo mucho más grave; si Edwin sigue vivo, ¿por qu\xE9 no ha enviado ninguna señal todavía? ¿Por qu\xE9 hizo llegar entonces el testamento a su familia?

En busca de estas respuestas y con más intuiciones que pruebas parto de Sao Paulo el 23 de Septiembre de 2006 hacia Chicago. Después de hablar con tres o cuatro amigos de la infancia del Sr. Moses, y dar con algunas pistas, decido marchar nuevamente hacia Brasil. El destino es Rio do Janeiro, donde supuestamente se cometieron los delitos de robo en una entidad bancaria y el tráfico de hachís. All\xED voy directamente a la comisaría del distrito en cuestión, donde averiguo el nombre y apellidos del responsable de aquel antro durante las fechas en que se comete el supuesto doble delito. El sr. Anónimo, que no quiere que se revele su identidad, mantiene conmigo una breve conversación telefónica que transcribo a continuación: (tono jocoso) "Err... si, soy yo. Efectivamente. En 1987 trabaj\xE9 en un caso en el que un tal Jamal Nafsum, que estaba pirado, y un tal Bigfoot, uno de ellos de Chicago y el otro africano, fueron detenidos con las manos en la masa en una sucursal del Banco Central do Brazil. Por lo que me contaban mis hombres, la pareja se había metido en un lío y tenía que pagar una deuda a uno de los peces gordos de la mafia que andaba por aqu\xED... No, no..., fueron juzgados y encarcelados en una cárcel del país... No lo recuerdo, y si lo recordara no se lo diría, joven... Lo del hachís no s\xE9 de dónde se lo ha sacado. Solo pillamos a Bigfoot con un par de gramos, pero hicimos la vista gorda... No publiques eso." –Como no revela su identidad y estoy un poco cansado del tío borde, lo publico (N. Del R.)\x96 "El otro no quería saber nada de drogas, no parecía un delincuente. ...No s\xE9 qu\xE9 fue de ellos... ah, s\xED, creo que Bigfoot est\xE1 en la calle, el otro ni idea. Un tipo raro, pero parecía buena gente."

Después de esta breve pero intensa charla que se corta sábitamente (cosas de la telefonía móvil), se despejan mis dudas sobre algunos años de la vida de Edwin, pero no sobre si sigue vivo. Y si siguiera vivo, ¿en qu\xE9 cárcel? ¿Pudieron soltarlo? ¿Qu\xE9 hacía Jamal Nafsum, después de pregonar a los cuatro vientos su conversión, metido en líos de esta clase, y en Brasil, cuando se supone que estaba trabajando de camillero en Chicago? ¿No sería Camello, y no camillero? Aqu\xED terminan mis pesquisas. No hay pasta para seguir con el caso, y me voy de vacaciones. Esperemos salir de dudas en la próxima entrega.

Vinicius Goikoetxea